2010

2010 ha sido un año muy difícil, difícil para todo el mundo, con la crisis y el paro como la dificultad mayor que lo empapa todo y también ha sido un año complicado para las empresas en general, por la falta de financiación, pero no un año en blanco, sino repleto de culminaciones.

Hemos ido terminando proyectos que tienen un gran calado e impulso transformador que no hubiera sido posible si en los años anteriores no se hubieran hecho los deberes, si no se le hubiera dado cuerda al reloj cuando se podía.

En Sevilla 2010 ha sido un año lleno de actividad, de la culminación de muchos proyectos y del avance de otros,  gracias a la gestión del Ayuntamiento y de los fondos extraordinarios de Gobierno y de la Junta de Andalucía.  Además, en  este año 2010 se ha hecho necesario un sobreesfuerzo desde lo público porque la crisis ha afectado a las empresas con las que se estaba trabajando y se han salvado proyectos que  han ido consolidando aquel sueño que prometimos construir.  Ya no es un sueño, es una realidad en marcha.  Aquello que diseñamos e impulsamos ya se ve sobre la piel de la ciudad: 2010 ha sido un año de visualización, al igual que lo será también el primer trimestre del año que viene.

Es el caso de los resultados ya tangibles, por ejemplo, del urbanismo productivo, del desarrollo sostenible, como es el caso de la ampliación del Puerto de Sevilla, Renault, Heineken, Cartuja, Palmas Altas o el A-400M, además de otros hitos de humanización y modernización de la ciudad de los últimos mandatos como la peatonalización, la red de carril bici, la construcción de viviendas protegidas o el Metro. O en el turismo y la cultura:  Sevilla es hoy más atractiva que ayer para el turista y es una ciudad más europea y más internacional, no sólo por las cosas de siempre, sino por las cosas del presente. Y, sobre todo la cohesión territorial entre todos los barrios y el centro de Sevilla en equipamiento, infraestructuras, centros sociales, cívicos, sociales, nuevos parques y espacios verdes…

Este año nosotros hemos dedicado muchísimo tiempo al trabajo interno, ha sido sobre todo un año de gestión intensa y extensa. Esperemos hacer llegar a los ciudadanos en las próximas fechas todo esto con un simple procedimiento, que se acerquen y lo vean aunque habrá que esperar hasta el último minuto del partido para ver los resultados definitivos de algunas cosas que están todavía por terminar, aunque lo principal está hecho y lo que queda por hacer está suficientemente encauzado, como por ejemplo el caso del Espacio Metropol Parasol  y el plan de aparcamientos, que se ha retrasado pero también va a quedar resuelto.

31 de diciembre

Hoy es el último día de la década. Seguramente, en su conjunto, la década más completa de transformaciones que ha conseguido desarrollar nuestra ciudad.

Se inició con las esperanzas y la ilusión de la necesidad de un cambio y de un despertar, de una ciudad que dormitaba desde el 92.
Esas ilusiones se transformaron en los primeros años en planes, como el PGOU y el Plan Estratégico, que nos permitieran convertir los deseos en proyectos.
Sobre esa base, desde 2003, ha existido un impulso transformador continuado, que se ha extendido por toda la ciudad, cuyos beneficios han alcanzado a todos los barrios como nunca antes había ocurrido.
Lo que antes parecía imposible, como tener un metro en Sevilla, solucionar la Encarnación, humanizar la ciudad, tener un futuro industrial o encontrar soluciones serias a la movilidad, ahora se hizo posible.
Pero digo, con la experiencia de estos años, y hoy que es el último día de la década, que tengo para mí que este no es el final de un período sino el principio. La ciudadanía se ha dado cuenta ya en Sevilla que la mayoría social es capaz de transformar la ciudad a pesar de los sectores quietistas y retardantes. La mayoría sabe que Sevilla puede ser una ciudad moderna y ejemplarmente avanzada, y no la Vetusta que algunos añoran.

Por eso digo que no es el fin sino el principio: no creo que Sevilla vuelva ya nunca a mas a conocer períodos de parálisis conservadora como los que conoció en los 90, porque ahora si, la ciudad tiene autoestima y confianza en sus posibilidades. Sevilla SE VE capaz de hacer cosas difíciles.