Mira, niña, como cae
poquito a poco la nieve…
En el cielo se cuajaron
copos de estrellas celestes,
y se han cuajado los campos
-novias en día solemne-
de vestiduras de blanco
con azahares inocentes.
Se han ocultado los surcos,
los pastizales campestres,
los barbechos arrecidos,
el regato de la fuente,
los muñones de las vides,
los tiernos sembrados verdes
y la cinta del sendero
que cruzamos tantas veces…
El corazón se ha dormido,
y hay que dejarle si duerme.
¡Mira, en tanto, cómo cae
poquito a poco la nieve!
Narciso Alonso Cortés de El invierno