«A mí me gusta la ministra Bibiana Aído, y me gusta escribirlo, porque parece que hay barra libre contra ella…/…Estoy, además, de acuerdo con casi todas las actuaciones de la señora ministra que han levantado críticas. Lo de utilizar la palabra miembra, como ella misma reconoció, fue un lapsus, ante el que no debemos rasgarnos las vestiduras. Indica una realidad filológica y una intención que comparto. Los idiomas son organismos vivos, enriquecidos a través de transformaciones sociales, y la transformación feminista llegará por supuesto a nuestras palabras. La idea de crear una biblioteca para mujeres me parece oportuna. No se trata de imponer la lectura segregada, como la educación en los colegios de curas y monjas, sino de poner en marcha un centro importante de estudios sobre la mujer. ¿Hay algo malo? Tampoco me parece criticable que se denuncie el machismo que implica el uso del velo islámico. El respeto al otro no debe confundirse con la renuncia a las opiniones propias. Los que hemos progresado gracias a una batalla a pelo suelto contra los dogmas de la iglesia, no vamos a callarnos ahora ante otra religión. Un diálogo de civilizaciones no es una charla de curas. Así que estoy de acuerdo con la ministra.»
La ministra. LUIS GARCÍA MONTERO en EL PAíS (28/06/2008).