Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido,
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba…
Abril florecía
frente a mi ventana.
(Antonio Machado)
Será casualidad, o será causalidad, pero lo cierto es que las cosas importantes en Sevilla ocurren en Abril. Y por eso quiero engarzar este próximo dos de abril con otros días de abril que ya están en lo mejor de la memoria de la ciudad.
El primero es el 3 de abril de 1979, día en que se volvieron a celebrar, después de tanto tiempo, elecciones municipales democráticas. Mañana se cumplirán 30 años de ese histórico día en que la ciudad empezaba su andadura democrática. Se abrían por fin de par en par las puertas de la Casa Grande a la ciudadanía libre, a los legítimos representantes de la soberanía popular, para poner coto a los desmanes, a la especulación y al abandono, y para imponer el imperio del interés general. Sevilla pasaba de ser el negocio de unos cuantos a ser el proyecto compartido de todos los que queríamos que nuestros hijos vivieran en una Sevilla mejor que la que habíamos heredado nosotros.
Buena parte de esos sueños se cumplían en otra fecha histórica: el 20 de Abril de 1992. Ese día, mientras se inauguraba la mejor Exposición Universal que se recuerda, la ciudad rejuvenecida, modernizada, preparada para el futuro se sentía cambiada por dentro y por fuera. Seguía siendo la Sevilla de siempre, pero mejor preparada que nunca para cumplir su responsabilidad de capital de Andalucía, para ser alguien entre las grandes ciudades españolas. Y lo mejor de todo: con ganas de serlo, con un espíritu ciudadano renovado, con iniciativa, con energía, con capacidad para hacer lo que se propusiera, sin miedo a los cambios.
Y gracias a eso llegamos a este jueves 2 de abril de 2009: de nuevo abril, el mes de Sevilla… Este será un día ya para siempre señalado, tanto porque lo que es como por lo que representa.
Creo que Sevilla recordará este tan próximo 2 de abril como el día en que se vio a sí misma no sólo como la ciudad renovada que es, sino sobre todo como la ciudad que puede y debe llegar a ser: la tercera región urbana de España en actividad económica y en calidad de vida. Es nuestro gran reto compartido, es en lo que trabajamos todos, y es lo que, en días como estos nos sentimos capaces de hacer.
Como dijo Fito Páez: “Dios Santo, qué bello abril.”