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Sevilla, capital

Como todos ya saben, Sevilla es una antigua ciudad europea, con todo lo que ello conlleva en cuanto a referencias económicas, sociales y culturales. Una ciudad que ya en el siglo XVI era una de las mayores ciudades del continente y auténtico epicentro de los trascendentales cambios que para Europa supuso el descubrimiento de América, cuyas riquezas llegaban a su puerto remontando al río Guadalquivir. Sin lugar a dudas, la ciudad de Sevilla estaba en el centro del mundo económico y de los tráficos comerciales: salvando las distancias temporales, era ya una ciudad GLOBAL.Una ciudad en la que, a través de la Casa de la Contratación, se ensayaron y pusieron en práctica muchos de los usos económicos y de mercado que aún hoy siguen vigentes. Esa historia urbana, prolongada y densa de acontecimientos, convierte a la ciudad de hoy en un espacio urbano y social muy complejo y rico, lleno de señas de identidad, con un patrimonio monumental y cultural de una belleza ampliamente reconocida, y que también que ha sabido confluir en la actualidad con un sólido proyecto de economía urbana abierto al mundo.

Diez años atrás

Hace diez años en nuestra ciudad y fuera de ella, pesaba como una losa la imagen de que la isla de la Cartuja era un páramo de jaramagos. El eterno proyecto del metro era uno más de los temas de enfrentamiento político, la Encarnación era un hueco sin futuro, la catedral recibía 20 toneladas diarias de contaminantes, apenas se construía VPO, o el carril bici era una eterna promesa.

Los barrios de Sevilla carecían en muchas ocasiones de servicios básicos. El futuro industrial de la ciudad era una entelequia, y seguíamos encabezando las estadísticas de desempleo. La agenda cultural no estaba al nivel de la propia ciudad, y mucho menos de 1992. En realidad toda la ciudad vivía en la inercia del 92 y añorando lo que fueron aquellos años mágicos que modernizaron Sevilla. Pero sobre todo y ante todo, la ciudad carecía objetivamente de modelo en tanto en cuanto el PGOU estaba agotado y no había visos de elaboración del nuevo. Visto así, comparando la Sevilla de hoy con la hace diez años, una década parece casi toda una vida. De aquella ciudad sin proyecto a esta que tiene un modelo claro y concreto de presente y de futuro, de una ciudad con las perspectivas poco claras a una ciudad que vive un auténtico milagro económico hay una gran distancia.

"Sectores muy influyentes"

Hay determinados  sectores muy influyentes en la ciudad, y también  entre la opinión publicada, que tienen una animadversión con respecto a este gobierno. No creo que sea sólo de carácter personal, aunque a veces, leyendo algunas cosas, efectivamente así lo parezca, pero no lo es. Hubiera sido quien hubiera sido, hubiera sido el alcalde socialista que fuera como consecuencia de las dos últimas elecciones también le hubiera pasado lo mismo, en un sentido o en otro. La descalificación desde el punto de vista personal es por mi carácter, por mi manera de ser, porque soy campechano, porque no soy distante, y por tanto, por ahí es donde me pillan…  pero a otro le hubieran buscado por otro camino. No es tanto contra mí o mi manera de ser o por mi manera de hacer las cosas, sino por lo que ellos consideran el pecado original y es que quien tenía que salir como alcalde de la ciudad de Sevilla en 1999, en esas circunstancias, en ese escenario, con esos actores, tenía que ser Soledad Becerril, y en 2003, Pepe Núñez.

¿Son sólo  prejuicios políticos?

Prejuicios y conspiraciones

Sé cuando nos equivocamos, cuando una cosa no se hace como debe hacerse a mi criterio. Por  lo que más me enfado es cuando veo venir algo y lo comento con la gente de mi entorno o lo reflexiono yo mismo y llega sin que hayamos tomado las medidas oportunas para evitarlo. Sobre todo porque es algo que viene de frente, lo ves venir y sabes que hay que abordarlo y afrontarlo, pero por hache o por be,  no se hace la tarea, no se hacen los deberes, y sabes que hay que hacerlo. Eso sí me produce un gran enfado con los que están conmigo. Cuando te atacan por la espalda, cuando es de improviso… pues, la verdad es que uno dice que quizás había que haber estado más atento…. Yo noto, asumo los errores de previsión, de diligencia. 

No veo una conspiración a mi alrededor, pero sí veo las realidades de las cosas, por ejemplo, diferentes varas de medir con respecto a lo que nosotros hacemos o hacen otros.

Uno intenta distanciarse y se pregunta: ¿A qué se debe?, pues a prejuicios. Me fastidian muchísimo los prejuicios, que llevan  a que tires por dónde tires, ya sabes que la valoración va a ser una determinada, por parte de determinada gente.