Esto es Viena con manteca colorá

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Leer en ABC. 8.12.06

Periodistas

(In memorian de Eduardo Chinarro)
Aquellos periódicos eran el vehículo fundamental para que la transición concluyera finalmente, como así fue, en una democracia asentada. Ya entonces,diecitantos, me apasionaba escribir y desde siempre había sentido una gran atracción por la información. Durante un tiempo fui corresponsal en la Vega del Guadalquivir de El Correo de Andalucía en tiempos ,creo recordar,de Federico Villagrán y de José Mª Javierre. Aquella época de El Correo me permitió conocer a un periodista con el que mantuve una entrañable relación: José María Gómez, responsable de aquella red de equipos corresponsales de la provincia, con el que ganamos el premio «Sevillanos del Año» de Radio Sevilla.

Y a Eduardo Chinarro. Eduardo, cura obrero, era el jefe de la sección laboral. Entonces en la Vega, desde La Algaba hasta Lora del Río, el periódico no tenía apenas difusión. Mi tarea consistía en ofrecer noticias de aquella zona. Pero no me limitaba a contar las movilizaciones jornaleras. Antes había colaborado en la organización de los hechos que luego daban pie a la propia información. Ocurrió con la primera huelga que se convocaba en la Vega. Fue en el cortijo de Pedro Espiga, propiedad de Federico Crespo, en el Viar. Había unos 500 trabajadores que secundaron aquella primera huelga que contribuí a preparar. Así que ayudo a los de la huelga, hago la información, se la llevo personalmente a Chinarro que era mi contacto para esos casos (ya más tarde arribaron por allí Paquiño Correal, Paco Rosell,Ignacio Camacho, Marta Carrasco… entre otros muchos nombres del periodismo de hoy). Además, luego yo mismo era el responsable de la distribución de los periódicos. Y era hasta el que hacía el reparto de los diarios cuando no había otro. Recuerdo que me enfadaba muchísimo porque la gente decía: «Oye, ¿ habéis leído el abecé ese nuevo que ha traído Alfredo?». He contado muchas veces esta historia a unos y a otros: a Alvaro Ybarra, a Fernando Orgambides, a Rodicio, a sus antecesores… Y mucho después a Esperanza Torres.

Me acuerdo, también, de cuando le llevaba comunicados a Juan Teba (¿o era Pepe Aguilar?) que, vestido con su uniforme de trabajo, me los recogía en una oficina de Iberia en el Pasaje Villasís para EL PAIS…. Los periódicos se esforzaron por llevar las noticias pero también por recobrar la libertad de expresión amordazada durante tantos años y fue mérito de aquellos profesionales el que se recuperara el sentido crítico de buena parte de la población. No había prensa andaluza. Todo se dirigía desde Madrid, por lo que el papel de El Correo de Andalucía fue decisivo en lo que se llamó tardofranquismo y aquí la labor del cura Javierre, un aragonés como Bueno Monreal, el cardenal que se encargó de divulgar el mensaje postconciliar, fue determinante.

Desde las páginas de El Correo se pudo leer una entrevista al Isidoro de entonces que realizó el maestro Juan Holgado. Y se publicaron por vez primera opiniones escritas gracias a “la tercera”, la columna de opinión que creó el diario y que permitió que se oyeran voces como la de Tomás Iglesias, gran abogado laboralista hoy ya fallecido y que formara parte del PTE; Manuel Ramón Alarcón, catedrático de Derecho y un comprometido militante entonces de Acción Comunista; José Rodríguez de la Borbolla, destacado dirigente socialista que más tarde fuera presidente de la Junta de Andalucía (1984-1990); o Angel y José Luis López López, quienes fueron mis maestros, ideológicamente hablando,dentro del PSOE.