La situación económica, que empezó generando problemas de financiación a los empresarios, que continuó con la pérdidas de su empleo de muchos trabajadores y trabajadoras, y que ahora afecta también al gasto público, nos hace valorar aún más la comprensión de tantos sevillanos y sevillanas a los que hoy se les está pidiendo un sacrificio. Es momento, a todas las escalas, de desarrollar este esfuerzo colectivo. Un esfuerzo duro, pero que será limitado en el tiempo. Y que deberá de ser el preludio, necesario, imprescindible, de una nueva manera de entender las cosas. Y es que esto no puede quedar así. La gente joven lo sabe.
En Sevilla, también, estamos haciendo y haremos sacrificios a todos los niveles sin renunciar a la política social que es la seña de identidad del Gobierno Municipal que presido. Y sin dejar a nadie atrás, sin abandonar a su suerte a los que más lo necesitan, atendiendo a quienes no tienen manera de defenderse ante las dificultades. Los empresarios lucharán por ser más competitivos, buscarán nuevos mercados, internacionalizarán sus empresas. Los trabajadores se esforzarán en ser más productivos y más cualificados, para buscar mejor ubicación en diferentes sectores de actividad. Somos una ciudad, lo hemos demostrado, somos una comunidad fuerte, que ha pasado en su historia por momentos duros y que sabe como salir de las dificultades.
Pero después, cuando hayamos conseguido capear el temporal y empecemos a ver como se disipan las nubes, no valdrá simplemente con respirar aliviados y cada uno a lo suyo.
Sevilla es una ciudad con enorme fuerza y posibilidades de futuro. Por tanto, una de las peores consecuencias que para nosotros pudiera tener la crisis económica sería la de desmoralizarnos o hacernos temerosos a la hora de abordar el porvenir. No es hora de estrechar las miras, sino de ampliarlas.
Durante la etapa de crecimiento, Sevilla creó más empleo que otras economías urbanas españolas, diversificó más su economía, desarrolló más y mejor sus equipamientos e infraestructuras.
Durante la etapa de crisis, hemos sufrido menos el azote del desempleo que otros, con ser mucho. Nuestras cuentas públicas soportan menos deuda que las de otras grandes ciudades. Tenemos importantes proyectos urbanos en marcha, muchos de los cuales servirán de activadores de determinados sectores económicos. La cantidad y calidad de nuestros recursos humanos ha sido reconocida por importantes medios internacionales.
Tenemos una visión más clara y amplia de hacía donde queremos ir, del modelo de ciudad, y de los objetivos y proyectos que mas eficaces para desarrollarlo.
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Y, como dije el pasado domingo, las personas en las que hoy Sevilla debe reconocerse son las luchadoras no las derrotistas : ellas son un acicate, un ejemplo, de que, a pesar de las dificultades, podemos seguir adelante sin pararnos. Y en ello estamos. Por eso, tengo y pido siempre termino pidiendo confianza en nuestro futuro, como sociedad, como ciudad, como gran región urbana, como capital de Andalucía…
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